EL TURISTA EXCEPCIONAL
RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA
Ser un turista cualquiera no vale la pena,
pues todo lo que se descubre está
como estaba en los libros de estampas.
El turista excepcional sorprendía
las cosas en su momento inesperado.
En la celosía del palacio del Arzobispo
Veía una virreina asomada.
A la torre inclinada de Pisa la veía
en ese momento del amanecer en que se
despereza y se pone derecha unos instantes.
Y a la torre Eiffel la había sorprendido
en ese momento en que, como una jirafa
que baja la cabeza, se pone a comer
hierba en el Campo de Marte.
En Pompeya había sorprendido al poeta
de la casa del poeta dramático, escribiendo
una tragedia.
Y al oráculo de Delfos le había oído
hablar solo, como a un speaker frente
a un micrófono.
Todas esas cosas extraordinarias le sucedían
al turista excepcional cuando iba solo
y por eso nadie le creía sus cuentos de viaje.
Él, sin embargo, no podía por menos
de contar sus hallazgos fantásticos:
-Una vez en Londres sorprendí al reloj
de Westminster cuando se bebe un vaso
de whisky pasada la media noche.
-Una vez en el Japónn vi cómo los bambúes
se paseaban como ibis verdes y pescaban
ranas por su cuenta...
Todos sonreían al oír los cuentos del turista
excepcional.
Pero a él le quedaba la satisfacción íntima
de saber que todo aquello que contaba
era cierto y seguía haciendo sus viajes
de explorador de lo inaudito.
Ramón Gómez de la Serna, El turista excepcional,
Madrid, Libros del zorro rojo, 2006.
10 comentarios:
Izaskun, no podré darte un comentario excepcional, pero comparto contigo el placer de tener letras y libros de acuerdo al temperamento de los dias o al clima del bolsillo, me acuerdo de aquel libro de pastas amarillas que parecía que los tipos helvéticos se salían a dar la vuelta por los campos o aquel libro de crónicas que a la altura de la página 20 dejaba ver una pantorrilla nada discreta.
Un abrazo a doble página.
Sergio Astorga
Sonriamos como el turista excepcional y disfrutemos de ellos, de esos libros que nos acompañan siempre, que son imprescindibles, que tenemos siempre en nuestra mesita de noche, que leemos en los largos viajes o en las interminables esperas, que nos hacen creer a veces que estamos dentro de ellos, como un personaje más...
Benditos todos los que sabeis escribir, no se que haría sin vosotros.
Un abrazo trenzado con letras, puntos y comas.
Me ha gustado.
Besos.
También yo comparto contigo adoración y gran amistad con libros y escritores, reina Izaskun, porque, con mucha frecuencia, ellos han sido muleta y compañía a lo largo de mis años. Y sí, mi reina, decididamente quiero para mí unos ojos como los del turista excepcional de Don Ramón, para que cada día sea un viaje inédito, para que cada viaje sea una vida distinta...
Abrazos de este Mediterráneo a mi reina atlántica...
Me encantó este turista excepcional. Sí, amar a los escritores y a los libros, una pasión poco ordinaria. A veces se nos quedan los nombres de escritores en los cuadernos del colegio, como para mí Ramón Gómez de la Serna, por suerte tu blog lo saca de esa lista de autores para encontrarlo en el viaje. Un abrazo.
Ay, Sergio, el cansancio me tiene agarrada sin excepciones. Intentaré despertar como turista y buscar pantorrillas urbanas.
Un abrazo. Izaskun
Que sean benditos, Triana bella, que no es mi caso el de la escritura más allá de arrejuntar palabras. Tengo el libro para ti sobre la mesa, en cuanto pille euritos te lo envío.
Gracias.
Gracias Toro sabio y sobrio. El libro es muy bonito para los niños con ayuda de las ilustraciones, por supuesto.
Besos latosos y latiendo.
Izaskun
Querida joven princesa mediterránea. Cada una de tus palabras me abre un viaje a vidas que no serán en este tiempo.
Un beso.
Izaskun
Miriam, a veces nos viene bien un repasito a nuestros cuadernos infantiles. Me hace falta a mí la vuelta a Azorín, entre muchos otros.
Un beso.
Izaskun
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