O quizás teclear sin pensar y soltar la rabia contenida, los miedos, las angustias. Escritura terapéutica, me dice algún amigo. Y debe tener razón.
Pero no puedo.
Ahora no.
No puedo escribir soltando marras y dejar ir los sentimientos. No ahora que están agolpados.
Y no quiero permanecer callada y ajena porque temo el final. Como siempre he hecho.
Por eso vengo.
Y porque me martillean imágenes que solo en palabras veo.
El álbum de la culpa
Lo terrible no era ver la foto de su cuerpo infantil desnudo sobre la cama casi cuna. No.
Lo insoportable no era reconocer en la imagen sus extremidades atadas a los barrotes del mueble. Atadas. Ni tener que tolerar la visión de las cintas de colores anudadas alrededor de su cuello. Tampoco.
Lo asqueroso no era admitir que el hombre que miraba de pie frente a la cama era su tío. Suyo. El mismo hombre que le trae regalos. El que en la última foto sonríe mientras le introduce la porra del uniforme en el pequeño orificio entre las piernas. Ahí. El que le permite jugar con la sirena del coche de camino al colegio. El que le hace daño.
No.
Lo atroz, lo terrible, lo insoportable, lo asqueroso. Lo verdaderamente insufrible es que no logro acordarme de nada.
Y ahora me vuelvo al silencio. Un ratito, al menos, mientras espero como siempre sus comentarios, a ser posible sinceros.
15 comentarios:
Y quizá, poder olvidar a pesar del recuerdo sea el auténtico alivio.
Un abrazo, Izaskun
Desgarro interno. El suyo, de por vida. Queda la culpa para el resto, incluido ese tío. desgraciadamente suyo también.
Duele cada letra, cada coma, y sobre todo cada punto y seguido.
Y ese olvido tan voluntario como asqueroso, perpetra la total aniqulación de la inocencia.
Una sonrisa y mis abrazos.
Querida i,
Presiento que escribes aunque no esté publicado en ninguna pantalla, aun cuando ningún papel pueda soportarlo y tu mano,temblando de rabia, se niegue a calcar. La voz de adentro no calla sino cuando quedas exhausta de escribir.
¿Te digo un secreto? Todo está bien.
El texto es una maravilla, y me recuerda a las primeras letras que leí en este blog. Sólo hay algo que me incomoda: el cambio brusco de la tercera persona a la primera en la última frase. ¿Es un efecto buscado?
Posdata: cambio abrazos profundos por la promesa de una entrada más.
Terrible y cruento el relato, Izaskun, y no cabe duda que llama la atención ese cambio de tercera a primera persona.
Aunque te cueste, siempre es de agradecer tus aportaciones.
Besos
Querida Condesita, gracias por visitar a esta ballena irregular. No soy partidaria de los olvidos, tal vez porque los tengo muy a la vista en casa, prefiero los recuerdos y por eso fuerzo a las personajas a verse.
Un abrazo,
Cada sonrisa tuya borra infinitos dolores, Ilia querida. Sí, tengo una terrible propensión a escribir dolores que presiento.
Un besito,
No calla, no, Cachalote amado. Y se niega la mano, bien lo sabes, y el grito crece. No sé si está todo bien. Tengo miedo. No puedo prometer futuros pero vivo en el intento de esas próximas entradas, más si hay abrazos tuyos.
Fue buscado el efecto del cambio. Soy mucho de primera persona, tú me conoces, y entiendo que eso hace confundir mi voz con la de los personajes. Esta vez quise distanciarme pero al final no me resistí a estar dentro.
Debe ser afán de protagonismo.
No sé cómo agradecerte que hayas venido.
Un abrazo hondo,
i.
¿Afán de protagonismo o empatía? Yo también adoro la primera persona, y sí, confunde, sobre todo en estos mundos digitales donde hay quien la utiliza porque realmente él/ella es protagonista. A mí me gusta meterme en la piel de otra persona: sea niñ@, adult@, osito de peluche, bruja o hada... tal vez no sea empatía, tal vez sea que olvidamos nuestras muchas otras vidas...
P.S.: No tardes tanto en volver a escribir.
Izaskun, las culpas taladran, fustigan, carcomen y en ese perverso afán, se conservan.
Tu texto es tan real que la brutalidad hace que el recuerdo desaparezca.
Un abrazo de libertades.
Sergio Astorga
Cuantas culpas que no lo son se cargan en la mochila y nos producen lordosis de columna y todo tipo de infelicidades.
quién lo ha vivido sabe porqué el olvido necesario para seguir viviendo, aunque todo vaya bien, nunca desaparece ese imagen, el cambio de la tercera a la primera es justificado cuando uno se ve desde fuera necesariamente para no sentir para no sufrir y cuando se reencuentra en el dolor.. un abrazo...Te sigo.
Querida Brujita, procuraré no tardar aunque el tiempo se me pierde. Recibir tu visita es siempre un empujón de alegría para mí. En primera persona, porque soy yo, sí, la que te digo que me encanta recibirte.
Un beso grande,
Izaskun
A tu abrazo me acojo, querido pintor amigo. A las libertades perdidas. Al afán de lucha. A la palabra que nos une.
Y más.
Muchas gracias, siempre.
Abrazo en la búsqueda,
Izaskun
Sé que duele la espalda, NáN.Habrá que ir a algún terapeuta.
Besitos.
Muchas gracias por tu seguimiento, Ico.
Un beso,
Izaskun
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