LAS ELEGIDAS, de Izaskun Legarza
Su cuello crujió con suavidad extrema bajo el conocido peso de las expectativas familiares.
Murió por no creerSE, sentenció el primo traumatólogo.
Ante el nuevo fracaso la familia, implacable, eligió a la pequeña Ana como estandarte anunciador de los anhelos acumulados. Su cuello luce, desde entonces, un férreo collarín.
17 comentarios:
Me pregunto si alguna vez, pensamos en nuestras espectativas propias. A veces tengo la sensación de que algunas metas son infundidas, no nacen de ti. Eso se acabará. Hay que tomar el camino que uno quiere, aunque sea el de espinas.
Un besaaaaaazo
¡Ay, Mónica! con los añitos que tengo entre pecho y espalda sigo yo intentando dibujarme sin el peso de lo que se me presupone. Es difícil.
Claro que tienes que tomar tu camino.
Un beso.
Izaskun
Izaskun, con el pecho latente y con la espalda dolida te puedo decir que en éste texto relaizas una retrato de famiia crudo, veraz. El peso de las tribus siempre deja en desamparo al individuo.
Abrazo elegido.
Sergio Astorga
salud:
Conozco a un hombrecillo mío que vive con forjado corallín de hierro.
Habemos otros, en cambio, que brincamos y brincamos a ver si alguien decide esperar algo de nosotros...
Como sea, todo acaba siempre en tronidos.
Hermosas líneas. Pequeñitas, sintéticas y ultrabrillantes...
He venido... gracias por la visita, y estamos en lecturoso contacto:
Una esponjita tortícolítica
Sergio, descarga tu espalda de pesos y dolores. Las tribus, sí nos asignan destinos que a veces miedos.
Abrazo anticontracturas.
Izaskun
Qué bien narrado, Izaskun. Bailoteaste con los ancestros y con los signos aquel día.
Un beso.
Gracias por venir y comentar esponjita. Sí queremos que esperen y luego no nosgusta lo que esperan o algo así.
Seguiremos leyéndonos.
Un beso.
Gracias Juanan. Tú sí que narras. Yo a veces vomito.
Un beso fuerte fuerte.
Izaskun
Izaskun, no me llegó el correo, pero mi enhorabuena por ese aprobado de las oposiciones.
La verdad es que cuando pienso en mi última oposición, me parece imposible haber sido capaz de aprobarla. QUE HORROR DE TEMARIOS INFINITOS. Pero la tranquilidad que te proporciona para el reso de la vida, es muy importante en los tiempos que corren.
No se si has leído mi última entrada, ahora me pasaré por mi blog, pero quise fotografiar los arces rojos para ti y fué imposible, no les quedaba ni una sola hoja de muestra... jajaja
Respecto a tu texto, me maravilla la capacidad de en tan pocas lineas decir tanto.
Y si conozco a Juan Yanes, no dejo de leer su blog. En su blog he leido más de un relato tuyo este año.
Un beso Izaskun
hola Izaskun. Este relato me hace pensar en la colonia penitenciaria de Kafka, en esa ley que se graba en el cuerpo. Un abrazo.
Hola Miriam, gracias por tu visita. Supongo que kafka se me quedó muy dentro como casi todo lo que leí en la adolescencia y primerísima juventud. Las muestras corporales de la historia, la legalidad, la frustración, la felicidad me parece ciertas aunque soy muy torpe captándolas.
Un abrazo sin grilletes.
Izaskun
Querida Pizarr, no sé qué me ocurre con tu correo (supongo que lo tengo mal) porque me da la impresión de que hay varias cositas que no te han llegado.
Sí pasé por tu blog y me quedé enrollada en los caminos de acero que nos trazaste. Sé que conoces a Juan Yanes porque a través de él te conocí y bueno... ya te explicaré que lo de las oposiciones no supone plaza ni seguridad y que lo que abandoné era para toda la vida, pero.
Cuídate mucho y dale muchos besos a tu hija.
Un abrazo sereno.
Izaskun
Izaskun, nunca me llegó nada tuyo, yo no tengo en mi perfil correo alguno, quizás si lo tomaste de algún mensaje este mal.
Te mando ahora mismo un correo a la dirección de tu perfil, para que lo tengas.
Un beso
Ay Izaskun! La palabra precisa. Es un círculo entero, no sobra ni falta nada. Me encanta.
Estoy por aquí leyéndote, aunque no me veas*
Te presiento Gara y tu cariño me impulsa a la escritura. Conocido sentimiento que como hermanas mayores supongo compartimos este de las esperanzas familiares soplando en nuestra nuca.
Un beso fuerte.
Izaskun
Un collarín que en ocasiones aprieta para recordarnos quienes somos y lo que se espera de nosotros.
Me gustó mucho.
Besos.
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