En enero de 2000 yo no sabía que quedaría embarazada aunque estaba intentándolo (estábamos). Llevaba ya más de un año de sufriditas investigaciones sobre mi "esterilidad primaria" y me pasaba el día pinchándome hormonas subcutáneas e intramusculares en búsqueda de una ovulación múltiple que permitiera la extracción de óvulos maduros para fecundarlos in vitro y posteriormente implantarlos en mi útero en una curiosamente dolorosa sesión de quirófano entre "mujeres amigables". (Mala cosa cuando me da por las comillas).
Sea como fuere estaba en etapa de descanso de súper ovulaciones y escribí:
Hoy es domingo y dos de enero de ese año que según muchos no inaugura el milenio.
Tú estás rodando en algún lugar de Anaga y yo te escribo mientras como algo.
He vagado cansada por la ciudad después de haber dejado a mi madre con Mase.
He caminado sola sin dejar de pensarte, observando angustiada mi dependencia, constatando la extrema necesidad que te tengo, la incapacidad de disfrute en la soledad que es tu ausencia.
Estoy ovulando.
(Podría irme a ovular a otro sitio, como dicen las chicas de "Soy lo prohibido").
Estoy ovulando y deberíamos hoy hacer el amor.
Estoy ovulando y me duelen las piernas y los brazos. Y me siento cansada. Y no tengo ganas de nada. Y supongo que te rechazaré. Insensata.
Y ¿qué hago sentada, escribiendo, con mil cosas pendientes? ¿Por qué no arreglo el salón, coloco las copas, ordenos el estudio, recojo la ropa, paseo al perro? ¿Por qué te echo tanto de menos a ti que volverás en unas horas, que apenas te has ido a trabajar, que me vives?
Estoy ovulando. Los dolores me lo dicen. La hinchazón también.
Estoy alterada.
6 comentarios:
Izaskun, describes tan bien el sentimiento, que casi siento el dolor de tus piernas, afortunadamente ya es pasado y hoy el cansancio es felizmente distinto verdad?
Un abrazo de ternura.
Hola Izaskun, me conmovió mucho este relato, es fuerte, "ovular" tiene una emotividad propia, el ansia de la maternidad, el deseo entrecruzado con lo biológico. Un abrazo desde estas tierras.
Izaskun, anoche no me atrví a hacerte un comentario, esperé cobardemene a leer los comentarios y coincido con Triana y Magda, es ovular, entrañable, me permites entrar en lugares que sospecho pero que no se describir.
Un abrazo fuerte.
Sergio Astorga
Muchas gracias, Triana, Miriam y Sergio. Ovular me sigue pareciendo un proceso fascinante aunque me descopone el cuerpo. No era consciente de tener estas anotaciones que son, justamente, las de la ovulación que dio origen a Adalberto. Se ve que Patrick insistió.
Un beso.
Izaskun
Sergio, si tu saber hacer se llama cobardía, recuérdame que la pase a la lista de atributos positivos en los seres humanos. Tampoco yo sé qué se siente desde el otro lado.
Un abrazo firme.
Izaskun
En el ovular está la mitad de nosotros humanos, pero pienso que el óvulo es más del 50% de lo llamado humano.Bendito eterno femenino.
Abrazo
Alejandro
Gracias por venir, Alejandro. En el ovular esta el ciclo vital que se interpone, en mi caso, entre el cuerpo-vida sentido y el mundo-trabajo impuesto.
Mano
Izaskun
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