PUEBLO
Miguel Hernández
Pero ¿qué son las armas: qué pueden, quién ha dicho?
Signo de cobardía son: las armas mejores
aquellas que contienen el proyectil de hueso
son. Mírate las manos.
Las ametralladoras, los aeroplanos, pueblo:
todos los armamentos son nada colocados
delante de la terca bravura que resopla
en tu esqueleto fijo.
Porque un cañón no puede lo que pueden diez dedos:
porque le falta el fuego que en los brazos dispara
un corazón que viene distribuyendo chorros
hasta grabar un hombre.
Poco valen las armas que la sangre no nutre
ante un pueblo de pómulos noblemente dispuestos,
poco valen las armas: les falta voz y frente,
les sobra estruendo y humo.
Poco podrán las armas: les falta corazón.
Separarán de pronto dos cuerpos abrazados,
pero los cuatro brazos avanzarán buscándose
enamoradamente.
Arrasarán un hombre, desclavarán de un vientre
un niño todo lleno de porvenir y sombra,
pero, tras los pedazos y la explosión, la madre
seguirá siendo madre.
Pueblo, chorro que quieren cegar, estrangular,
y salta ante las armas más alto, más potente:
no te estrangularán porque les faltan dedos,
porque te basta sangre.
Las armas son un signo de impotencia: los hombres
se defienden y vencen con el hueso ante todo.
Mirad estas palabras donde me ahondo y dejo
fósforo emocionado.
Un hombre desarmado siempre es un firme bloque:
sabe que no es estéril su firmeza, y resiste.
Y los pueblos se salvan por la fuerza que sopla desde
todos sus muertos.
Miguel Hernández, Antología poética, Orbis-Fabri, Madrid 1997, pág.262.
12 comentarios:
Me conmueve realmente la pluma de Miguel Hernández. Creo que él sabía que en la simpleza se hallaba lo divino, en el rostro del huérfano y de la viuda. Quizás los poetas vengan a eso, a hablarnos de la fuerza que sopla desde los muertos. Un abrazo.
En nuestro nombre NO, gritamos judíos del mundo contra la barbarie de Israel en Palestina. Sumamos nuestras voces a la del mundo que clama el fin de la violencia y del criminal bloqueo en Gaza
"...poco valen las armas: les falta voz y frente,
les sobra estruendo y humo.
Poco podrán las armas: les falta corazón...".
Magnífico Miguel Hernández, es mi poeta, no puedo añadir más.
Gracias, Izaskun.
Asocio Miguel Hernández con su poesía cantada por Serrat.
Especialmente la nana de la cebolla. Tremenda.
Besos.
Como a tí Izaskun, me han saltado más de una vez las lagrima leyendo a Miguel, como para Maribel, "mi poeta", conocí en Elche hace muchos años a Josefina, su mujer,y desde que era una adolescente y sus libros estaban prohibidos en las librerias, siempre está presente en mi vida. Desde donde esté el seguro sigue gritando:
Para la libertad sangro, lucho y pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho. Dan espumas mis venas
y entro en los hospitales y entro en los algodones
como en las azucenas.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño,
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño
... aún tengo la vida.
Un abrazo libre, Izaskun.
Izaskun, "fósforo emocioado" siempre Miguel a confrontarnos, a vivir con los huesos nuestra sangre, a gritar el grito que nos mata, a vivir el vientre que nos preña.
Siempre necesitamos a Miguel.
Gracias Izaskun.
Sergio Astorga
Querida Miriam, mucho debió saber Miguel Hernández de dolores, mucho incluso a su pesar. Y su pluma, coincido contigo, desde la sencillez conmueve.
Ojalá no lo olvidemos.
Un abrazo.
Izaskun
Gracias al colectivo EN NUESTRO NOMBRE NO, por la aclaración del posicionamiento de muchos judíos del mundo contra las acciones del gobierno israelí en Gaza. El blog que mantienen es magnífico.
Un abrazo solidario.
Izaskun
Gracias por tu visita, Maribel. Tampoco yo puedo añadir más a lo que has dicho. Es un poeta extraordinario Miguel Hernández.
Un abrazo.
Izaskun
¡Ay!, Toro, también yo lo tengo lleno de músicas y esa nana cuando acuesto mis hijos evito hasta pensarla para no sentir el dolor.
Un abrazo
Para la libertad, Triana, me es imposible leerla sin pensar la música de Serrat. Qué suerte conocer a su viuda. Yo me limité a conocer su vivienda.
Un afrazo fuerte.
Necesitamos, Sergio, la poesía y el grito, que así es la vida.
Un abrazo reverencial por tu precioso relato en máquina de coser palabras.
¡Felicidades!
Izaskun
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