LUIS CERNUDA, EN MEDIO DE LA MULTITUD

Poesía de la grande, de nuevo, de la que uno no puede dejar de leer, como toda la buena, de la que marca momentos vitales, de la de libros manoseados, de la que siento. Poesía para clamar (quise escribir calmar pero dejo lo que mis dedos decidieron) la angustia que me vive, el miedo a las multitudes y a la soledad, la rabia de no tener memoria y no saber recitar.







Poesía de Luis Cernuda, de Los placeres prohibidos del año 31, del libro de La realidad y el deseo que tengo en dos queridísimas versiones del Fondo de Cultura Económica.

EN MEDIO DE LA MULTITUD



LUIS CERNUDA

En medio de la multitud le vi pasar, con sus ojos tan rubios como la cabellera. Marchaba abriendo el aire y los cuerpos; una mujer se arrodillo a su paso. Yo sentí cómo la sangre desertaba mis venas gota a gota.//

Vacío, anduve sin rumbo por la ciudad. Gentes extrañas pasaban a mi lado sin verme. Un cuerpo se derritió con leve susurro al tropezarme. Anduve más y más.//

No sentía mis pies. Quise cogerlos en mi mano, no hallé mis manos; quise gritar, y no hallé mi voz. La niebla me envolvía.//

Me pesaba la vida como un remordimiento; quise arrojarla de mí. Mas era imposible, porque estaba muerto y andaba entre los muertos.

Bellísimo me parece este texto. Insuperable para describir por hoy mis sensaciones. Y quiero dejar constancia de que sé que lo leí en el año 81, sé que lo he releído muchas veces, sé que lo he sentido de distintas bellas maneras, sé que lo ensayaron conmigo en teatro, sé donde está y no sé decir de memoria ni un pequeño fragmento. ¡Pero me gusta!
Y de nuevo se me rebelan los puntos. Y lo acepto.