domingo, 5 de septiembre de 2010

DOS AÑOS DESPUÉS

Ando destiempada y destemplada, con la temperatura perdida en altibajos y el tiempo perdido en algún bolsillo. No consigo sentarme ni centrarme para escribir y se acercan los veinte días sin hacer entrada en el blog, y aunque veinte años no es nada y la sien me desluce plateada, a mí este tiempo sin sacar texto me da la sensación de ser eterno y echo de menos comentarios y amistades varias, y me da por pensar que nunca más escribiré nada que no sean albaranes, y se me sube el destemple y me brotan nuevos herpes y.
No consigo escribir nada con o sin sentido. Simplemente me paso el día garabateando pedidos (que sí, que los hago con boli y a manita) y aunque no me disgusta el sistema de autoexplotación que me he impuesto, y pese a lo mucho que estoy aprendiendo (un poquito de libros, un muchito de personas y personajes), y patatín y patatán, lo cierto es que me encuentro extraña sin las historias que me unieron a ustedes  y  me obligo a asomar aun sin nada que mostrar.
Me visto de este verde excesivamente oscuro para mi piel, me enchufo los cascos en radio 3 y escribo rápido y mal para pedirles disculpas por no ficcionar, para comentarles (sé que lo saben pero así ocupo sitio) que abrí un blog para la librería que me trae a mal parar, que estoy sobrepasada y que quiero enseñarles uno de mis primeros textos. Llevo todo el día pensando en él y se me ocurren algunos motivos para quererlo retraer: que Lauren lo publicó hace tiempo en su inventario y Alejandro en sus minificciones, que es uno de los tres textitos que tenía en libreta cuando abrí este blog, que en él recibí el primer comentario de mi imprescindible Lilian, que es suficientemente viejo como para que algunos de ustedes no lo hayan hurgado, que algunas mañanas, cuando abro las puertas de la librería, pienso que algo falla en el dibujo, que sí. Me pongo a buscar el texto en el blog. Lo encuentro y cortipego. Entonces veo la fecha en que lo publiqué. Hoy hace dos años. Esa debe ser la razón de mi cuerpo memorioso. Lo demás solo es cansancio.

Como siempre, para siempre, les envío muchos grandes abrazos. Y mi agradecimiento. 


PRISIONERO
Ahorré todos los días de los últimos tres años. Debía convertir mi columna en un castillo sólido que me mantuviera erguido y quería que la operación la efectuara el mejor especialista del país.
Por fin, hace hoy treinta y dos días, cogí el autobús hacia mi destino.
Tumbado boca abajo sobre la camilla sentía la mirada atenta de la especialista recorriendo mi columna vertebral. En su mano el documento que le había dado al entrar. Un tiempo eterno hasta que sentenció: ¡es un trabajo complejo pero puedo hacerlo!
-¿Está usted dispuesto a pasar ocho horas diarias sobre esta camilla durante treinta días?
-¡Por supuesto!- exclamé levantándome de un salto.
Treinta días de sufrimiento sobre la camilla. Treinta noches de dolor y expectación.
Ayer me retiraron el vendaje y dos espejos me permitieron admirar mi espalda. Enmudecí. El castillo tatuado en mi columna es bello, sólido, elegante. Apenas un pequeño detalle lo diferencia del dibujo sobre el que trabajó con esmero la especialista: la puerta en mi espalda está cerrada.
Estoy prisionero.

Prisionera también yo de este programita que maluso y no me permite separar mostrar el texto con los espacios que deseo. Todo se andará. Espero.

21 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Todos somos prisioneros, solo tenemos que saber de qué.

Precioso prisionero y bendita añoranza del blog, que hace que vuelvas.

L.Y. dijo...

Qué grato leerte siempre, Izaskun.
Aquí.
Acá.
Acullá.
Qué grato sonreir tras tus letras.

Un gran abrazo.

L. Y.

María Eugenia dijo...

Es maravilloso leerte, incluso esos textos en los que dices que no tienes nada para ofrecer por andar destiempadas y destemplada.
Dos años de publicado este Prisionero, tan sólido y sorpresivo, tan fresco como si ayer apenas se hubiese cerrado la puerta del castillo.
Querida Izaskun, hacedora de historias maravillosas, qué bueno es leerte y abrazarte.

ybris dijo...

Da gusto recordar y comunicarse con esos recuerdos.
Porque lo importante de todo esto es justamente saber y hacer saber que no estamos solos y que nos forzamos a no estarlo.

Mucha suerte y muchos ánimos.

Besos.

TORO SALVAJE dijo...

No lo tendría que haber leído.
Ahora me sabe peor aún no poder leerte habitualmente.

Aunque sea publica un albarán...

:P

Besos.

NáN dijo...

Fantástico, me parece.

¡Dos añitos! Yo te hacía algo más mayor; tampoco mucho más.

Besos a puerta abierta

Cachalote dijo...

Redescubrí, como dice Maria Eugenia, su solidez y su frescura. ¡Son las palabras exactas que lo definen!

Ansío más, aunque sean antiguos e incluso prestados de autoras que se abren nuevas para ti. Al fin y al cabo, eres lo que lees (y escribes). Y yo quiero leer.

Un abrazo ávido.

J.R.Infante dijo...

Bienhallada Izaskun, sabíamos de tus nuevas ocupaciones,pero tenemos paciencia. Ya ves, yo no conocía esa relato y hoy me llevo la grata sorpresa de ver los escritos tan interesantes que andan por ahí sin saberlo.
Sin agobios, saca tiempo para mantener vivo el blog, aunque sea -como te han dicho-, contándonos la memoria de los albaranes del mes.
Un abrazo

Angel Adanero dijo...

No alcanzo a mirarme la espalda y no puedo saber si mi puerta está cerrada o abierta. Aunque lo puedo intuir.
De todas formas creo que me pondré en manos de un especialista. Necesito que de mi castillo sólido hagan una columna que me mantenga erguido.
Y libre.

Besos.
Y disparate albaranes.

Isabel Barceló Chico dijo...

Deliciosa historia la del castillo. Y no se te ha ocurrido "repescarla" por casualidad: como muy bien dices, hoy tus puertas están atrancadas con los albaranes y todo ese trabajo enorme de la librería. Pero ánimo, no hay sueño que se consiga realizar gratuitamente... Un abrazo muy fuerte, querida amiga.

MCruz dijo...

Mi queridísima Izaskun, a mi me has hecho prisionera, estoy atrapada en tu blog, no tengo prisa en que aparezcan tus nuevas entradas, porque necesito espacio para digerir cada una, y si me apura la necesidad, te leo las de tiempo atrás. Además has abierto un castillo nuevo con el blog de la librería, todavía sigo saboreando la entrada de la poesía. Das mucho cada vez que escribes. Te he puesto una silla al lado de la mesa de mi ordenador, porque te siento ahí. MIl besos para ti y para repartir.

Ciberculturalia dijo...

Siempre estaremos esperando tus entradas querida IzasKun. Cuando puedas, cuando te apetezca, sin prisas...

Besos

Sergio Astorga dijo...

Izaskun, llego tarde, muy tarde.
Prisionero soy de tus palabras.

Abrazo sin castillo.
Sergio Astorga

Unknown dijo...

Paciencia cariño, que el tiempo no sea un apremio... Saludos afectuosos!

Gemma dijo...

Como ves Sergio, otros llegamos más tarde aún... Como perdidos que somos.

En cuanto al texto: una pieza redonda, querida Izaskun. Esa puerta que abre hacia no sé sabe qué misterios me parece de un gran acierto.
Un abrazo

Ajuan dijo...

Precioso texto

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Bendita puntual presencia la tuya, Mª Jesús.
Gracias prisioneras de tantas cosas...
Besos,

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Qué grato saberte en cualquier momento, L.Y., incluso cuando no hay para anchoas.
Besos,

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Querida María Eugenia, es un privilegio para mí contar con tus palabras, todas, sobre papel o sobre luz.
Te debo letras tranquilas y visitas a cafetear.
Gracias.
Muchas, muchísimas gracias.

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Por palabras tuyas, querido Ybris, seguiré esforzándome en saber y hacerme saber que no, no estamos solos.
Un abrazo,

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Queridísimo Toro necesario, prepararé albaranes para ti y para nuestros loquitos.
Gracias por tus puñetazos imprescindibles.
Beso,