viernes, 4 de febrero de 2011

DISPARATITOS ENE

Donde ene es igual a catorce y se convierte hoy en el número del reintento porque estoy harta ya de estar harta de no estar, porque toca año  nuevo chino y se inicia el del conejo que es (pueden reírse sin problemas quienes saben de mi abuso del despectivo coneja) también el mío, porque solo escribiendo aquí tengo noticias del Cachalote en que me reflejo, porque si consigo retomar algún ritmo (pongamos que dos entradas al mes aunque una no sea mía) me sentiré mejor (creo), porque sí, porque quiero, porque.
En definitiva hoy que no se inicia un mes pero sí otro año, después de pensar desastres, retomo el azul y brindo por quienes más allá del disparate me han soportado y reintento algún disparatito deseando que el cañón de balapalabras no se haya estropeado en exceso por la falta de uso y que puedan ustedes sentirse como en casa y decirme para crearme y que me crea. Pase lo que pase, incluso si los tiros son errados, quiero dedicar las letras negras de estos renglones a mis imprescindibles Lilian, Alejandro y Sergio: siempre...siempre... gracias.

disparaTitos (14): física
xli Sólidas
Era una mujer de naturaleza firme, siempre sensata en sus decisiones. Una mujer admirablemente recta que se caracterizaba, además,  por sus acciones regulares y en consecuencia previsibles. Una mujer sólida, decía su padre.
Y la vida, lógica,  se encargó de hacerla polvo.

Claro que también podía ser sólida y transparente y la vida, de nuevo lógica, se encargaría de hacerla añicos.

xlii Líquidas
Sus progenitores -él, y ella- eran una pareja ideal, un sistema perfecto. Los dos -ella, y él- se unieron para engendrarla y fue tanta la calidez del encuentro que, para no desdecir ciencias, a los nueve meses nació Mar.
Y creció fluyendo, siempre con humor, hasta que el amor quiso fijarla y la contuvo. Entonces voluntariamente se dejó apresar Mar para permanecer al lado de su amante.
Pasado el tiempo el amante, aburrido de que ella se sometiera a todos sus moldes la abandonó  y de la charca que era ella nació la sal.
Es por eso que las lágrimas son saladas. 
¿O no?
Y ahora a ver qué hago con el aire que no sea la cancioncilla aquella de aire, ahhhhhhhhh que es uno de esos sonsonetes que, debo reconocerlo, me surge inesperado en determinadas circunstancias no necesariamente ventosas.

xliii Gaseosas
Era su madre tan libre que al nacer ella, voló.
Y, bueno, atascadita sí está la disparatadora, pero por hoy es lo que hay.
Gracias y regracias.
De verdad.

16 comentarios:

Juanma dijo...

¿Atascadita? Para nada, pero para nada de nada. Sencillamente magnífica. No sé con cuál quedarme. Me llevo los tres...sin envolver, libres.

Besos.

mariajesusparadela dijo...

¡¡¡huérfana al nacer!!! (buah, mi madre no sabía volar)

Mayte Mederos dijo...

¡Perfectamente engrasada! Ahora no dejes de deleitarnos, que cuando te vendes cara nuestro mundo anda triste...

Mil besos.

María Eugenia Mendoza dijo...

Izaskun:
Este regreso sólido, aunque salado y etéreo es una delicia.
Un fuerte abrazo.

iliamehoy dijo...

Sea cual sea tu estado querida Izaskun, nunca será amorfo, incluso en el poer de los casos.
La solidez aniquilada, la liquidez cuajada y el aire..para otro día.
Apacigua tanto como araña...curioso milagro el que provocas.
Una sonrisa de abrazo

Sergio Astorga dijo...

Izaskun, ya te extrañaba en estas lides “disparatorias” que tan atinadas resultan, con ese sabor del pesimismo lucido y mal intencionado (el bien intencionado me fatiga).

Me gusta el planteamiento de los tres estados de la materia femenina, me parece que esa versatilidad sólo es alcanzada en excelsitud por la mujer y su circunstancia.
El estado sólido es el disparatito que más me guasta por sus consecuencias lógicas de inapelable rotundidad.
El estado líquido me deja una sensación de desamor que me intranquiliza y me dispara de inmediato a buscar autodefensas de dudosa probidad.
El estado gaseoso me resulta el más apetecible por lo incorpóreo de la fuga.

Si me permites el “arrempujón” me gustarían más atascaderos como estos.

Imprescindibles gracias.

Un abrazo termodinámico.
Sergio Astorga

mammamia dijo...

Bienvenidas sean siempre tus historias,aunque sean disparatitos,yo misma soy otro disparate,y feliz de serlo.
Y que sigan los disparatitos a compás de soniquete o sonsonete,que tanto ayudan.Vamos ya.
Y te dejo mis disparatados besos flamencos,sentiitos y jondos.

J.R.Infante dijo...

Magníficos estos tres estados que nos presentas. Creo que son los disparates más cuerdos que he leído en mucho tiempo.
Prodígate más por este rincón, que siempre es agradable encontrarse con tus aportaciones.
Cuídate
Un beso

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Querido Juanmita, tu paciencia conmigo es digna de halagos que buscaré en el María Moliner.
Te lo agradezco de corazón. Ver tu foto siempre me hace sentir que merece la pena.
Un beso a los cuatro,

Librería de Mujeres Canarias dijo...

María Jesús del alma mía, tu madre debía saber volar y más para tener una criatura tan dada como tú. No sé expresar lo importante que se me hace tu visita.
Muchísimas gracias,

Librería de Mujeres Canarias dijo...

La montaña rusa me va ganando la batalla, Mayte admirada. Muchas gracias por emplear parte de tu tiempo en apoyarme.
Un beso de sal,

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Querida María Eugenia, debería (y supongo que un día de estos lo haré) escribirte un privado largo y coherente. Por ahora solo puedo darte las gracias y decirte que sueño con estar contigo frente a unos tamales.
Mil gracias,

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Una arañita apaciguadora y deliciosa sí que eres tú, queridísima Ilia constante.
Muchas gracias por brindarme aire.
Un beso enorme,

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Queridísimo imprescindible Sergio. Me extraño yo en todos los aires que me dan vida. Y no sé cómo hacerlo.
Gracias por tu comentario extenso y delicado. Gracias por la protección.
Un abrazo amarillo,

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Besos que me reviven, María Luisa querida. Los atesoro y callo.
Millones de gracias por estar,

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Querido Arruillo, gracias por tus palabras y por tus silencios. Por tu presencia siempre. Por tus lecturas y tus escrituras. Por Nerea.
A los tres un beso,