De pronto se sintió plena y se le vino dentro el cosquilleo gratificante del deseo alcanzado.
Toda su vida envidió a quienes se nombraban felices; anheló querer ella, con fuerza, la vida que era; quiso sentir las instintivas ganas de vivirse en este lado.
Felicidad debía ser, sin duda, esa repentina pasión por la vida que la invadió completa; ese grito animal de apego a la existencia, que encalló en su garganta justo en el instante que su cuerpo estallaba dichoso contra la acera.
5 comentarios:
Desde luego, no puedo hacer otra cosa que felicitarte. Enhorabuena!!!!!!!!!!!!!!
Me gusta. Estás llena de fuerzas. Un abrazo
Por cierto, gracias por añadirme a los enlaces de tu blog. En inventario ya he puesto el tuyo.
Esta me la reservo para el minificciones.com.ar.
Fuerte Suerte Muerte.
Te has crecido ad infinitun.
Alejandro
¿y qué me importa la felicidad?... ¿que es eso? ¿Donde se encuentra? ¿En un golpe contra la acera? Pregunto.
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