jueves, 25 de septiembre de 2008

Mi oficio, de Natalia Ginzburg

MI OFICIO
texto escrrito por Natalia Ginzburg
en Turín en el otoño de 1949.
Ahora bien, cuidado: no es que uno pueda esperar consolarse de su tristeza escribiendo. Uno no puede abrigar la ilusión de que el propio oficio lo acaricie y lo acune. En mi vida hubo domingos interminables, desolados y desiertos, en los que deseaba ardientemente escribir algo para consolarme de la soledad y el aburrimiento, para ser acariciada y acunada por frases y palabras. Pero no hubo manera de que me saliera una sola línea. En esos casos, mi oficicio siempre me rechazó, no quiso saber nada de mí. Porque este oficio no es nunca un consuelo o una distracción. No es una compañía. Este oficio es un amo, un amo capaz de azotarnos hasta hacernos sangrar, un amo que grita y condena. Nosotros debemos tragar saliva y lágrimas, apretar los dientes, sacar la sangre de nuestras heridas y servirlo. Servirlo cuando él nos lo pide. Entonces, nos ayuda también a mantenernos en pie, a tener los pies bien asentados sobre la tierra, nos ayuda a vencer la locura y el delirio, la desesperación y la fiebre. Pero quiere ser él quien manda y se niega siempre a prestarnos atención cuando lo necesitamos.
Natalia Ginzburg, Mi oficio, en Las pequeñas virtudes, Barcelona, Acantilado, 2002.

4 comentarios:

PIZARR dijo...

Así es Izaskun, como estas letras de Natalia dicen y seguro que tu que escribes lo sabes bien.

La famosa Musa... que aparece cuando le viene en gana.

Un beso desde Bilbo

Anónimo dijo...

Sra. IL,
Este oficio es la vocación de áquel que no es de aquí, que toma lo que otros no ven y lo materializan. Esta artesanía de las letras es un misionado, lo tomás o lo dejás. Pero ya sabemos eso de que este mundo no es para tibios (no sé bien donde lo he escuchado) pero suena bien.
No concuerdo con Naty, este oficio abraza.
Saludos
Alejandro

Sergio Astorga dijo...

Izaskun, los oficios se ejercen aunque hastillas tengamos en un ojo.
La vocación se vive, solo se pospone el punto final.
Un abrazo sin llantos inecesarios.
Sergio Astorga

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Sí Pizarr, parece que en el tema de las libretas nos parecemos, y yo que me alegro.¡En serio!
Alejandro y çsergio, yo también creo (temo que lo saben) en las devociones y en hacer las cosas por encima y por debajo de...
Gracias a los tres por sus comentarios.
Un abrazo,
Izaskun