Ayer, último día de este mes que destapa el otoño (hoy llueve) fui a buscar a mis hijos al colegio.
Ayer, fin legal de una labor docente de dieciocho cursos a tope me senté en un murito callejero frente al colegio. Estiré las piernas intentando esas saludable posturas corporales que supongo practiqué en la infancia. Y que nunca me salen.
Ayer, sola entre la gente, sentada en la calle esperando saqué el libro de mi bolso y lo abrí en vano intento de mantener las formas, un libro. En la última página de Invocaciones a mi cuerpo de Vergílio Ferreira (sí llevo bolsos de Mary Poppins con vidas dentro) garabateé con mi lápiz:
30.09.08
siento que hay gente que me quiere
porque sus voces me resuenan hogares y
el llanto me brota
lentas lágrimas se dibujan en mi rostro endurecido
ríos salinos me surcan meandros que bordean mi sonrisa
amarga
y sé que hay gente que me quiere
4 comentarios:
Sin duda hay gente que te quiere...
Hola, Izascun.
Seguro que esa gente-que-te-quiere, de saberlo, te acompañaría gustosa a casa.
Saludos cordiales
Sí hay gente que me quiere, creo. Y por si acaso ustedes me acompañan.
Gracias mega por tu visita.
Muchas gracias.
Izaskun
Etiquetas estas letras como heridas, las lágrimas contienen sal como el agua del mar que siempre cura.
Sin lugar a duda hay gente que te quiere.
Gracias por garabatear tan bien y compartirlo.
Un beso Izaskun
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