por Sergio
Tengo un muy estúpido cansancio preopositorial que no me deja concentrarme en nada, ni mucho menos en lo que debo que, a saber, es el estudio de la mencionada oposición. Así de cansada me quedo como en éxtasis ante la puñetera pantalla y me la paso leyendo los blogs que admiro y abriendo latas de cerveza que trasiego, flagelo en mente. Tomo, como si al azar, un libro de mis estantes no anaqueles, y me reencuentro con Nerval. ¡Cuánto tiempo! Nerval, Gerard de, cuya nota suicida me pareció tremenda putada en su momento, fue lectura asidua de mis diecinueve granadinos años, cuando también Lautréamont. Sé que tengo que proseguir con las unidades didácticas, pero me trabé en América y busco los materiales del Contra V Centenario al que asistí (dieciséis años ya). Por si los encuentro y logro estudiar dejo antes un fragmento de la Aurelia de Nerval que en la juventud perdida señalé:
"Cuando el alma flota errátil entre la vida y el sueño, entre el desorden del espíritu y el retorno de la fría reflexión, es en el pensamiento religioso donde se debe buscar auxilio. Nunca pude encontrar en esa filosofía que no ofrece más que máximas de egoísmo, o como mucho de mera reciprocidad, más que experiencia ociosa, dudas cargadas de amargura. De hecho, se limita a luchar contra los dolores morales dando al traste con la sensibilidad. De manera semejante a la cirujía, no sabe más que amputar el órgano que hace sufrir. Y para nosotros, nacidos en tiempos de revoluciones y de turbulencias en que todas las creencias se han visto destrozadas, educados como máximo en esa difusa fe que se contenta con algunas prácticas externas, la indiferente adhesión a la cual resulta quizás más culpable que la impiedad y la herejía, para nosotros, repito, es muy difícil, cuando sentimos necesidad de ello, reconstruir el edificio místico del que los inocentes y los simples admiten en sus corazones la estructura por completo acabada. '¡El farol de la ciencia no es -desde luego- el árbol de la vida !' Sin embargo, ¿acaso podemos arrojar de nuestra alma lo que tantas generaciones de seres inteligentes vertieron en ella de bueno o de funesto? No, la ignorancia no se aprende."
Nerval, Gerard de, Aurelia, José J de Olañeta Editor,
Barcelona, 1982, pa´gs. 55 y 56.
5 comentarios:
Izaskun, no hay antídoto para el cansancio, ni ungüento, ni plegaria. Que diera por saber adónde duerme la errante mente, de qué círculos espirales se alimenta, cuál hechizo
me mantiene preso en ésta silla. Que diera yo por saber si se despierta o se pospone este afán de ignorar lo que se sabe. Sólo sé que el cansancio es un animal, que solo se calma por sí mismo y que la victoria esta en la espera.
Que te puedo decir si ese animal me ha devorado hasta los huesos.
Abrazos de Tila para la espera.
Sergio Astorga
Perseverar, sí, en la iniquidad o en el cansancio.
Terminaré aceptando lo que ya se sabe. Gracias a sus ánimos me escribí. Espero que su cansancio me deje algo de tierno tuétano. Brindo con tila, por un día.
Mil gracias, Sergio.
En el vagar por los blogs reconocidos, los animales de unos y de otros se suman al arca de todos nos y alimentan ciertos aprendizajes que no pueden darnos los manuscritos. Mucha suerte Izaskún con tu prueba....una más imagino y seguro que no será la última, como dice Sergio, un brindis con tila y centrarse en el eje que es esa energía que enlaza los blogs.
¡uff! qué viaje me he dado....disculpas.
Alejandro
Difícil centrarme, Alejandro. Llevaré animales propios y ajenos y embestiré con los conocimientos que en alguna parte del cerebro deben andar fosilizados.
Un abrazo
Izaskun
Izaskun,vamos que tu pedes, blogeros ánimos, para ti.
Un abrazo entusiasta.
Sergio Astorga
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