Para P. o T. o X.
que me dejó como gata panza arriba,
con la esperanza de que me consienta.
Despertó con el sol brillando directo contra sus ojos. Sintió su calidez como un fogonazo y procuró evitar el deslumbramiento cambiando de posición. No pudo. Constató entonces que lo habían inmovilizado. Y un grito instintivo escapó de su garganta.
Nada. Nadie acudió en su auxilio.
Ernesto estaba atado boca arriba bajo el sol. Los correajes que aseguraban su cuerpo apenas le permitían mover los brazos y las piernas. La rígida estructura adherida a su espalda le impedía cualquier conato de verticalidad. Presa de la desesperación se concentró en convencerse de que todo era fruto de una ilusión, que se trataba de una pesadilla absurda. Hizo acopio de fuerzas para despertar al exterior. Allí estaba el sol cegador, el blanco. Y un alarido de voz se le voló.
Nadie. Nada se inmutó.
Las mujeres hablaban animadas en el patio mientras tomaban café. La tarde soleada era propicia a aquella alegre reunión que transcurría ajena a los cercanos gritos lastimeros. En el corro alternaban las risitas nerviosas, unidas a recuerdos de viejas anécdotas, con los cuchicheos asociados a compañeras ausentes. Las congregadas compartían alegres historias, pero la joven Elisa parecía inquieta. -Hace calor- dijo, levantándose discreta. -Disculpen, voy al baño a refrescarme. Y resuelta cruzó el patio en dirección al lavabo. Cuando pasó junto a Ernesto lo vio agitando espasmódicamente piernas y brazos, como un galápago agonizante. Se acercó con gesto cariñoso y lo cambió de posición para que el sol no le diera en la cara. Desde su silla en la mesa grupal Doña Blanca sentenció: -¡pobre Elisa! ¡Si consiente así al niño, terminará siendo su esclava!
21 comentarios:
Qué sorprendente e inesperado final, he sentido una sacudida como la de Ernesto agitando piernas y brazos. Paradójico lo de consentir y esclavizar, y a veces irremediablemente unido.
Un abrazo sorpresa.
Izaskun, es feroz, subersivo, iconoclasta, violador, quita manchas, rompeolas, me encanta.
Que me perdonen las madresitas y los padresitos, tu texto desgrana ese paralizante mito de las amorosas madres.
La madres y el que dirán, las madres y su vida social que es perturbada por una maternidad que estorba y delimita, pero que socialmente es bien vista; las madres que ven la hijo como objeto manejable, no hables, no pidas, no grites, no te muevas, que tú si eres bien educado y bien nacido.
Madres que martirizan y después se sienten mártires de la patria. Creo que todos estos detalles estan finamente tejidos a lo largo del relato y coincido con Maribel, el final es inesperado y como todo buen final es un ladrillo,o para ser más violento, parafraseando a León Felipe, para tirárselo al lector (el final) y romperle la frente, aver si dentro de su craneo esta la luz o está la nada.
Me ha encantado. Además de bien escrito es un texto valiente.Inclino mi cabeza.
Un abrazo fortísimo.
Sergio Astroga
Pues como siempre que leo algo tuyo despues de haberlo hecho y comentado Sergio, ya quedarme muda es lo más sensato.
Absolutamente estremecedor Izaskun, y repitiendo lo ya dicho, magistralmente tejida la trama, el final. No se puede escribir mejor.
Aplausos y aplausos a rabiar.
Un abrazo y mi admiración.
Uffff Dios!!!!!!! admirada yo de que avanzaras tanto con tu blog. Recuerdas cuando empezabas???
NO puedo dejar tanto tiempo sin visitarte Izaskum, ahora se me amontona el trabajo
http://haymai.com/un-despertar-negro-de-izaskun-legarza/
Duro, durísimo. Tan bien escrito como fuerte. Y ese final cegador.
Un abrazo, Izaskun.
Creo adivinar las iniciales de aquellos a quienes dedicas tu bello relato. He sentido mucho lo de Xavi.
Hola Izaskun, por lo que veo vuelvo con un texto arriesgado. Me gusta lo que comenta Sergio al respecto.
Ya estamos en casa como sabes y poco a poco volviendo a esta nueva normalidad que tendremos que ir descubriendo cada día.
Gracias por tus palabras, tus cariños, tus ofrecimientos... gracias por el anterior post en el que te alegras de nuestra vuelta, aunque empañas la alegría por la ausencia de nuestro Toro.
En la vida todo es cíclico, unos van otros vuelven... siempre aclimatándonos a nuevas ausencias o presencias.
Un beso muy grande Izaskun
Jose Luis, veo que has puesto el enlace de Alquimia, si te fijas bien, ese blog es mio, y pongo cosas de mi amiga Izaskun en ese y en Trianarts porqué siempre he tenido su permiso para hacerlo.
Triana
Tragué cristales al final de tu relato, mi reina Izaskun, y ese café de la tarde se me antoja vitriolo de un cariño ya inerte hace tiempo, bebida que, por amarga y oscura, acompaña a costumbres igualmente negras y biliares.
Ironía cruel y crueldad en una ironía que me habla de tiempos de misa diaria, almidón y cortijos; angustia ignorada e ignorancia sin angustia que me cuenta sobre cualquier tiempo...
Fantástico relato para consentir, reina Izaskun.
Abrazos mimados y mimosos...
Querida Maribel, consentimos esclavitudes con frecuencia y también nos justificamos para no darnos al otro y abandonar al niño. Gracias, muchísimas, por tu comentario.
Un abrazo libre.
Queridísimo Sergio, madre miedosa de mis defectos, como soy, hija con culpas y penas, me alegro de que te haya gustado el relato. Por ahí van muchas de mis obsesiones, como sabes.
Un beso amigo.
Izaskun
Quieridísima Triana, después de Sergio y ante él no suele quedarnos más que la repetición o el silencio. Yo, de cualquier modo, agradezco cada una de tus visitas,porque además tú me presentaste a Sergio. Aprovecho para decirte que por supuesto que tienes permiso para tomar de mi blog todito lo que quieras. Es un honor para mí.
Besos
Izaskun
Querida Mónica, claro que me acuerdo, tú me has enseñado mucho de este mundillo y ahora nos visitamos mutuamente. ¡Gracias! y millones de besos.
Dédalus, un honor verte por aquí, un privilegio hondo tu comentario. Sí adivinaste que una llamada a Toro intenté. No ha funcionado. Sólo espero que esté bien.
A ti un fuerte abrazo y una felicitación continua por ese blog que llena vista, oído, mente...
Izaskun
Querida Pizarr, gracias ti por toda la belleza que repartes. Siento miedo de las mareas, del arrastre del oleaje, de los ciclos lunares. Y admiración. Intentaré aclimatarme.
Un abrazo gigante.
Izaskun
Queda sobradamente mimada con tu comentario, princesa de ensueño. Ignorancias sin angustia, dolorosas y contemporáneas, las de este relato en que no estás.
Gracias por tu cariño.
Abrazo
Izaskun
Izaskun, qué microrrelato más estupendo y, como dice Sergio, más bien escrito.
Ese comienzo me ha recordado al pobre Gregorio Samsa inmovilizado, terrible en su impotencia e imposibilidad de alivio, para terminar descubriendo al final que Ernesto no era más que un niño atado a su sillita (por su bien) afortunado por tener una madre amorosa (aun cuando sus amigas sean unas arpías...).
Bueno, buenísimo.
Besos
Me quedo sin palabras, Mega. Gracias por tu comentario. También yo veo a Samsa en esos cochitos y sí, es por su bien por lo que los niños están en ellos atados. No creo que por su bien haya que dejarlos gritar, pero eso es harina de otro costal.
Besos y abrazos.
Y casi seis meses después:
MUCHÍSIMAS GRACIAS IZASKUN.
ERES UN SOL.
Y el relato me parece una maravilla.
Genial.
No te halago. Es muy bueno.
Besos.
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