domingo, 19 de octubre de 2008

Octubre del año 94

Mi cuerpo tiene la memoria que mi cerebro niega. Por eso escribo. Además. Para fechar lo que siento. O eso creo.
En este mes que en estación es de hojas caídas y en esta ciudad es de luz rebelde escribí en la libreta de Patrick, mía y de Klee:


Me siento extraña. Tanto que podría decir, sin temor, que estoy extrañada de mí: como si estuviera ajena, como si no me perteneciera. Y es que tengo la sensación de tener fiebre pero el termómetro me desmiente los sentidos; y estoy lenta, ausente, tranquila sin razón... Me encuentro lejos. Oigo lejos.
Supongo que el extrañamiento proviene de mi primer día de pastillas. ¡No lo sé! No sé si son efectos reales o malagueñas sigestiones mías. No puedo determinar si las extrañas sensaciones se deben a las píldoras o a la conciencia de haber visitado a un psiquiatra. No lo sé. Pero me encuentro extraña. Tengo la tristeza adormilada. Como yo.
Me recuerdo en toda mi vida como una niña triste y angustiada. Me recuerdo, también, feliz en mi tristeza. No estoy convencida, claro, de tener la depresión diagnosticada, pese al suicidio. Tampoco estoy convencida de necesitar estas pastillas incompatibles con el alcohol, el café, y. Sé que estoy con frecuencia estresada (¡odio el término, me resulta tan...! "-¡jo!, ¡no sabes lo stresada que estoy!). Supongo que tengo motivos para estar estresada, nerviosa y cansada. Los mismos que todo el mundo. Y claro, pienso que tengo que dosificarme los impulsos, discriminar, aprender de una puñetera vez a decir no, y. Y éste es un propósito antiguo y, cómo no, frustrado. Bueno, por eso pedí ayuda, por eso las pastillas, por eso.
Estoy cansada y tengo, como siempre, dos mil millones de cosas por hacer.
Te amo.

8 comentarios:

PIZARR dijo...

Creo Izaskun, que esa energía que simpre me atribuyes sale del mismo sitio que la que adivino en ti.

Gracias por compartir esos cuadernos.

Un beso

Sergio Astorga dijo...

Izaskun, la cotidianidad en la escritura es la entrada, es la puerta del castillo en la espalda. Aquí tienes la hebra y la madeja.
Un abrazo despierto.
Sergio Astorga

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Hola querida Pizarr, espero que estés mucho mejor y que compartamos energías. Gracias por todos tus colores, textos, sentimientos.
Un beso.
Izaskun

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Sergio, con el material brindado me opbligaré al aprendizaje de los tejidos. Gracias por la madeja y la hebra.
Abrazo tejido,
Izaskun

Anónimo dijo...

Izaskun ¿porque me suenan a conocido a repetición, a paralelismos tus palabras?, ¿es acaso el otoño que nos engulle con toda su carga de colores ocres y amarillos rotos?...
En cualquier caso gracias por describirlo de forma tan bella.

Enlazo tu blog en Trianarts, en mi incurable despiste pensaba que ya lo había hecho.

Un abrazo fuerte.

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Tal vez sea, sí, el Otoño que sólo en luces ha entrado aquí (¿dije sólo?)pero que me aplasta de nostalgias. Gracias por enlazarme, Triana.
Un fuerte abrazo.

Miriam Jerade dijo...

Izaskun, esa patria de la tristeza es también la mía, pero creo que la escritura hace que esa memoria vuelva a fluir en el deseo y en el cuerpo. Y ojalá también que encontremos otro lugar desde donde decir "por eso escribo", ya está prefigurado en el "te amo" del final.
Un abrazo.

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Sí Miriam la tristeza, la nostalgia de vidas que no serán, la escritura y el amor. Sí. ësas son mis patrias.
Un abrazo con beso volado.
Izaskun