jueves, 8 de enero de 2009

LA MUJER ENSIMISMADA, Menchu Gutiérrez

Hoy me ha vuelto a pasar. Me desperté cansada. El levantar fue un fracaso y cuando quise sentarme a leer estuve un buen rato decidiendo qué libro elegir hasta llegar a La mujer ensimismada de Menchu Gutiérrez. Me compré el libro en la Librería de Mujeres de Madrid hace años, lo tengo entre los libros escritos por mujeres en mis estantes y tengo conciencia de haberlo leído a retazos, casi como un ensayo. Hoy abrí el libro y después de adentrarme en algunas casas que ahora les copio me fui a la primera página y me leí: "Comprado en Madrid, en la Librería de Mujeres, hace mucho (?) tiempo. Leído hoy, de pronto, porque sí." Santa Cruz, nueve de enero de 2004. Hace ahora cinco años, así es mi ciclo. Así soy: repetida.




LA MUJER ENSIMISMADA,
Menchu Gutiérrez
En el centro del jardín aprendo qué he venido a hacer aquí, y mientras las primeras gotas, pesadas y gruesas, comienzan a golpear la tierra y a doblar las ramas infantiles de los árboles, me encamino hacia la primera casa; abro la pequeña verja de la entrada, subo los peldaños del número uno y, sin llamar, y sin llave, empujo la puerta, que se abre sin oponer la menor resistencia.
La casa comunica calor inmediatamente. En el pequeño recibidor hay una mesa con una lámpara encendida y un perchero encendido en el que cuelgo mi abrigo. Camino por una sucesión de alfombras y me detengo en la puerta del salón, una puerta corrediza de madera y cristal. La hago deslizarse sobre los rieles y entro en el salón, iluminado y vacío.
(...)
Menchu Gutiérrez, La mujer ensimismada, Siruela,
Madrid, 2001, página 10.

6 comentarios:

Esponjita dijo...

Gracias por las porras Izaskún. Me han hecho mucho bien...
Me voy y regreso pronto:
Besos, y màs besos esponjosos

Raquel T. dijo...

Curioso eso de leer a retazos, mi reina, curioso e interesante, porque verdad es que hay días en que tenemos hambre de unos textos y días en que tenemos falta de otros. He disfrutado mucho de este fragmento, Izaskun: claridad, agilidad... Me gustan mucho las descripciones, con oo sin movimiento y, con la primera frase, "en el centro del jardín aprendo qué he venido a hacer aquí", me parece muy hermosa y reveladora (creo que todos, en todas partes, tratamos de aprender qué hacemos aquí, ¿verdad?). Gracias por compartir tan bello ensimismamiento.
Abrazos palaciegos... ;)

TORO SALVAJE dijo...

No lo he leído.
Me ha gustado ese trozo.
Yo no puedo leer como tú necesito acabar.

Besos.

Librería de Mujeres Canarias dijo...

De nada Esponjita, te mereces esas porras y más. Estoy segura de que una chica tan talentosa escribirá una maravillosa tesis (y yo que la vea).
Muchos ánimos y besitos.
Izaskun

Librería de Mujeres Canarias dijo...

No siempre leo a retazos, claro, pero me resulta curioso cómo tras años en las mismas fechas me apetecen las mismas lecturas, me asombra mi reincidencia. También a mí me parece bella la metáfora del saber, Raquel, me recuerda el pasaje a los Claros del Bosque de mi admiradísima María Zambrano.
Un abrazo de pueblo, que vengo de manifestarme.
Y arrullo para una princesa.
Izaskun

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Toro, ese defecto varonil hay que corregirlo. A veces es bueno perderse por el camino. El final, de cualquier modo, llegará.
Un abrazo fuerte con admiración.
Izaskun